La banda chileno-colombiana estrena su disco homónimo, una declaración sonora que mezcla fiesta, romance y fuerza latinoamericana, entendiendo como gesto político la resignificación de lo anglo desde lo latino. Con la energía y frescura que los caracteriza, Bodega Club propone un latinoamericanismo sin fronteras: música para mover el cuerpo y pensar al mismo tiempo.
__
Bodega Club no llegó para susurrar. Su álbum debut homónimo se instala como una declaración sonora y política que mezcla sin complejos salsa con new disco, dance pop y electrónica europea. El resultado: una propuesta audaz que redefine la música bailable desde una perspectiva descentralizada y profundamente latinoamericana.
La banda —conformada por músicos de Chile y Colombia— reivindica su carácter regional no solo desde lo musical, sino también desde el gesto: componer un álbum completo cuando la industria exige inmediatez y singles sueltos. "Queríamos hacer un disco porque sentimos que era importante construir algo sólido. Ir en contra del vértigo de la industria también es una forma de posicionarse", explican.
Lee también >> María Esther Zamora y Catalina y Las Bordonas de Oro estrenan una guarania chilena: ‘Pensando en ti’
Aunque no fue premeditado, el álbum órbita en torno a temáticas amorosas. "Es chistoso que medio terminando el álbum nos dimos cuenta que casi todas las letras eran de amor y relaciones, sin ponerlo como propósito", confiesan. Pero la fiesta funciona como un personaje más: está presente en el ritmo, en la energía, en esa urgencia por bailar que define al proyecto.
"Nos interesa mostrar la contundencia instrumental: hay contrabajo acústico, samples, sintetizadores, capas de voces. Todo eso vibra junto con lo rítmico, lo bailable, lo emocional", describen sobre un sonido que marca un antes y un después respecto a su EP anterior.
La geografía también juega un rol protagónico. Valparaíso, con su caos vibrante y carácter frenético, ha permeado la identidad del grupo. "Las canciones más frenéticas son puro Valpo. Ese caos de micros, troles, afters y puntos de foco. Como entrar a un club o un after de Valparaíso", explican sobre una ciudad que comunica y se filtra en su música.
Para Bodega Club, la música es inherentemente política. Su propuesta busca "latinoamericanizar música anglo europea" a través de la resignificación de géneros y la apropiación cultural desde el sur. "Descentralizar géneros con una propuesta más interesante y más atrevida" no es solo una búsqueda estética, sino una declaración de principios.
Lee también >> Fonk Machine estrena 'No hay excusas' como adelanto de su próximo disco
El álbum —que incluye un feat con Girasole— cuenta con ocho canciones, siete en español, y se presenta con una portada minimalista donde el nombre del proyecto se impone sin rodeos. "Queríamos que nuestro primer disco sea homónimo como una carta de presentación al choque", explican sobre una decisión que refleja la dirección de su propuesta.
Bodega Club se define como energético, fresco, alternativo y popular. Es música que "suele tener una recepción muy binaria: te gusta o no", reconocen, pero esa polarización es parte de su identidad. En un contexto donde los géneros se difuminan, ellos proponen una conversación entre dos mundos: lo latino dinámico frente a lo anglosajón cuadrado.
Para más música chilena síguenos en Instagram, Threads, Facebook y Twitter como @discoslibrescl o visítanos en www.discoslibres.cl.
texto e imágenes (sin acreditar) vía comunicado prensa
Comentarios
Publicar un comentario